La experiencia de Marga: Lo que un día fue Anorexia Nerviosa

¡Buenas a todo el mundo!

El post de hoy es un tanto especial porque, entre otras cosas,  no lo he escrito yo. En uno de los muchos mensajes privados que recibo, hubo uno que me  llamó especialmente la atención porque no era para felicitarme por mi blog ni para una consulta, sino que era alguien que pasó por una muy dificil experiencia y que decidió que le gustaría publicarlo en mi blog porque lo había estado leyendo y al parecer le había gustado bastante.
De esta forma Marga, nuestra protagonista de hoy, me envió un escrito que había hecho recientemente para que éste fuera publicado en el blog si yo lo deseaba. Evidentemente, aquí está.
Este escrito  tiene como objetivo informar y ayudar a otras personas que pasen o hayan pasado por la misma experiencia. Es un escrito esperanzador, puesto que Marga a día de hoy está prácticamente recuperada. Y feliz.
Espero que lo disfrutéis y sepáis apreciar el esfuerzo que representa para esta persona el hacer pública su experiencia.

Aprovecho para deciros que a pesar de que en algunas ocasiones es mucho más fácil enviar mensajes privados (especialmente en algunos temas), yo os animo a dejar todos esos mensajes en el blog porque de esta manera más de una persona  que padezca el mismo problema podrá beneficiarse de esa respuesta que comparta yo con vosotros. Además, esos comentarios públicos y sus respuestas disminuirán ese sentimiento de soledad que se siente en cualquier trastorno psicológico, el sentimiento que te hace pensar que estás solo y queúunicamente  tú tienes el problema, como bien describe Marga en su texto.

Un abrazo y... Gracias Marga

                                                                                                                    
                                                                                                       Septiembre 2011

Palabras de optimismo

Puedo decir que hoy por hoy me siento y estoy mucho mejor que hace un tiempo atrás.
Está claro que mi lucha por salir adelante viene ya de hace unos  tres años. Desde que vi que el problema me absorbía y manejaba mi vida a su antojo.
Pero este verano, siento que ha sido cuando me he dado realmente una nueva oportunidad en la vida; es como si hubiera vuelto a nacer para dejar atrás el daño, el pesimismo, las críticas hacia mí, la fuerte locura de perfección hacia mi cuerpo… y doy paso a un camino más claro, más optimista y lo sigo con muchas ganas de vivirlo.

Han sido años difíciles para mí y para mi entorno también.  Veo mis escritos de hace unos años, y me dan ganas de abrazar a esa chica del pasado y decirle que todo saldrá bien. Que no se coma tanto la cabeza, que ella es bella por muchas otras cosas y que lo que digan los demás, no es lo que tiene que importarle.  Me reconozco en esos escritos, pero a la vez se me hacen lejanos. Ahora me duele más leerlos. Veo mucha tristeza y miedo en ellos.
Pero a la vez me anima el pensar que ahora sé corregir todas aquellas palabras; que lo que dije, pensé y así como actué, no está bien. Me emociona un montón ver el cambio y el ánimo que siento ahora.  Pienso que me estoy haciendo el mejor regalo del mundo.

Esta enfermedad es rara…muy rara… y puede que desde fuera sea difícil entenderla. Pero cuando la vives en tus propias carnes, se convierte en tu día a día.  Podría decirse, que es como si te entrara un pequeño diablo en la cabeza. Un diablo tan malo, que te hace ver visiones, te hace pensar cosas muy malas para tu salud y actuar de acuerdo a como te manda. Dice que estás gorda, que el mundo se ciñe a la estética y peso de las personas y que todo lo que comas, repercutirá  luego en la visión que tengas tú y los demás de tu cuerpo. Te recomienda comer lo menos posible y que te alegres con las bajadas de peso y la poca comida que les des al cuerpo.
¿Pero cómo puede uno estar contento sin darle combustible al cuerpo?

Al principio, y durante un par de años, no me di cuenta de que este diablo se había metido en mi cabeza. Al principio era muy silencioso. Si tiraba la comida a la basura, lo hacía sin más. Sin pensar en un por qué, ni en sus consecuencias, ni en nada.  Yo no sabía que era un problema; no recuerdo a penas haber oído hablar de él.
Pero más adelante, vi que este problema me aislaba del mundo, que hacía daño a quien más quería, que de un minuto a otro, podía pasar de una emoción a otra totalmente opuesta, con unas rabietas de loca, una obsesión por mirar lo que comía y las cantidades, por hacer ejercicio si mi cabeza pensaba que había comido demasiado… Pasé a un no vivir por dentro y a veces ni por fuera. Con una tristeza rara a veces, de la que no sabía ni el por qué.
Viendo un vídeo de una chica con este trastorno, me di cuenta que a mí también me había poseído ese maldito diablo del que ella hablaba.

Pero la gota que colmó el vaso para que yo decidiera pedir ayuda, fue que la persona que yo más quería me dejara. Fueron momentos muy duros, que recuerdo con muy mal sabor de boca. Pero a la larga, me doy cuenta que sirvió de mucho. Me hizo reaccionar;  abrir los ojos y ver que las cosas no iban tan bien como yo creía.

Busqué  ayuda en un par de profesionales, pero solo una sentó las bases de mi futura recuperación.
Visité un par de años su consulta, y a pesar de que sé que no era especialista en trastornos de alimentación, me ayudó mucho a abrir más los ojos.
Yo tenía mis ideas malas bastante asentadas; el maldito diablo me tenía absorbida y guiaba mi vida así como le daba la gana. Yo no tenía seguridad en mí. Pero así y todo, yo estaba en esa consulta porque quería un cambio. Lo que no sabía cierto, es que sería un camino largo y en el que tenía que poner mucho de mi parte…

Intentaba hacer caso a lo que la profesional me recomendaba. Pero reconozco que no fue fácil. Muchas veces me resultaba imposible y volvía a caer en la trampa. Empezaron los atracones y peor me sentía. Pero estoy segura que en ese entonces, ya empezaron los cambios hacia el buen camino. Pero claro, cuando caes otra vez, crees que no has avanzado nada. Pero me equivoqué. Cada pequeño paso que di, cada palabra que escuché y asimilé, creo que me han servido mucho y estoy muy agradecida.  

Durante este tiempo, tuve también el apoyo de mi pareja (con el que volví y el que ha sido otra de las bases de mi recuperación) y de mis padres, aunque a estos últimos les costara entender. Cada vez me fui haciendo más consciente del problema y puse más empeño en salir adelante.

No conocí la UTCA (Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria) hasta que esta psicóloga me lo comentó. Para mí, en parte, fue una alegría conocer esta opción. Allí eran especialistas en el tema, habían tratado muchos casos como el mío y cómo no, iban a entenderlo. Además conocería a gente como yo y ya no me sentiría tan bicho raro. Y es que muchas veces, lo que tiene esta enfermedad (y supongo que muchas otras) es que te sientes solo (como si fueras el único raro del mundo al que le pasa esto). Y por eso el apoyo se hace tan importante.

Gracias  a Dios, y a muchas otras cosas más seguro, tuve la gran suerte de poder entrar como paciente de esta unidad. Primero en consultas externas y más adelante (por mis ganas de dar el paso más grande) en Hospital de Día.
Para mí ha sido una experiencia única y mágica. Es como si me hubieran dado la varita mágica para destruir a este diablo tan pesado que tenía  mi cabeza. Que sí, puede que en algún lugar de mi cabeza aun esté, pero yo creo que se ha quedado muy atontado con el hechizo porque no lo oigo caminar…
He aprendido mucho de mí y de los demás. Me siento más fuerte, con ganas de caminar al lado de aquellas personas que quiero y me quieren y de luchar contra el diablo si es que vuelve a aparecer. ¡La fórmula mágica ahora sí que la tengo!


Ahora sí que creo esa frase que  dice que… después de la tormenta llega la calma


Cada vez que pienso en este gran cambio, me dan ganas de saltar, de correr y de gritar al mundo entero que estoy mejor. Que si uno quiere  ¡puede!  Poquito a poco, escuchando a los que no tienen este problema y te quieren ayudar y dejándote llevar por los pensamientos más positivos que te puedan enseñar los demás.
Muchas gracias a todas las personas que más directa o indirectamente me han ayudado por el camino y a aquellas que aun siguen aquí conmigo.

                                                                                                                      Marga



¡Esta es Marga en mi cabeza!


Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es
www.profesionaldelapsicologia.es

Con posibilidad de terapia vía Skype

Comments

  1. Muchas gracias Sara. Me ha encantado leer mis palabras en tu blog y pensar que puede servirle a otra gente.

    Un abrazo,

    Marga

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  2. Muy conmovedor, es genial poder leer una experiencia desde dentro, y no solo desde apuntes de clase. Enhorabuena a Marga por descubrir que la auténtica belleza no está en las pasarelas.

    Mucho ánimo! ;)

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  3. Enhorabuena Marga... con esfuerzo y ayuda todo se puede conseguir.
    Me ha gustado leer tu experiencia porque me ha hecho reflexionar de que si hay ganas nada es imposible (o casi nada).

    Ánimo y a seguir con esa vitalidad que nos trasmites! Un saludo. Rocío

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  4. Ha sido precioso. Me ha emocionado. Los obstáculos se superan con recetas, las cuales tienen sus componentes comunes básicos:
    Amor
    Sentido común
    Y Ganas de vivir
    Creo que todos podemos pasar por algún bache a lo largo de nuestra vida y si cultivamos estos productos, cuando los necesitemos los podremos sacar de la alacena. Creo que hace falta mejorar nuestros hábitos alimentarios, empezando por pensar que la alimentación es vital para cuidarnos, ya no con mucho ni poco alimento, sino con nutrición sana y suficiente para estar bien y sentirse felices. Un abrazo para los que compartimos el gusto por cuidarnos y salir adelante.

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