Intentando alcanzar la perfección



Recientemente acudí a un seminario  donde  Howard K. Hall, doctorado en psicología por la Universidad de York, nos habló de las investigaciones que él y su equipo  llevan a cabo sobre la motivación y el perfeccionismo.
Este investigador  estudia el campo del perfeccionismo relacionándolo  con el deporte de élite y aunque tengo que decir que la psicología en la competición deportiva no es una de mis áreas favoritas, sí es verdad que me atrae el tema del perfeccionismo y es un área que encuentro muy interesante.

En este post te voy a hablar de cómo este equipo de investigación  expone lo que es el problema del perfeccionismo y cómo la dificultad de encontrar una forma de operativizar el concepto, es decir, de definirlo, se convierte en el principal obstáculo a la hora de investigar esta área.

Lo primero de todo que has de tener en cuenta es que has de  diferenciar entre las personas que padecen perfeccionismo (problema) y las personas con altos estándares de ejecución. Hay investigaciones que definen estos dos puntos como perfeccionismo no adaptativo (sería el primero) y perfeccionismo adaptativo (el segundo). Sin embargo, el equipo del Dr. Howard afirma que no existe esta división porque no hay un perfeccionismo adaptativo ya que si es adaptativo no es perfeccionismo ¿Por qué?

Porque el perfeccionismo, para considerarse como  tal, ha de  componerse de los siguientes puntos:

  •  Estándares inflexibles, extremos y muy altos.
  • Evaluación autocrítica excesiva y a modo de rumiación (por si no lo sabes, cuando hablamos de rumiación nos referimos a algo que no se te va de la cabeza, que está ahí constantemente. ¡Como cuando se mete en la cabeza una canción y parece que no te la puedes quitar de encima!)
  •  Preocupación por los fallos, por pequeños que sean, que  te llevan a dudar de ti y de tus habilidades.

  • Sobregeneralización de los errores (“ Lo hago TODO MAL”, “Fracaso en TODO”)
  • La autoaceptación va unida de forma intrínseca a los logros que consigues (Si lo hago bien, soy genial. Si considero que he fallado y que no lo he hecho como tendría que… soy una nulidad)


De forma que cualquier situación dónde no nos encontramos con todos estos puntos, no podría llamarse perfeccionismo. Puedes ser una persona con una elevada motivación de logro, con grandes expectativas, una persona a la que le guste hacer las cosas lo mejor que puede… pero no una persona  perfeccionista.


Para resumir y que te quede más claro, podríamos definir el perfeccionismo como:

La búsqueda compulsiva de metas inalcanzables en uno o más ámbitos importantes para el individuo, dónde la autovalía se define por la productividad y la consecución de dichas metas. Sería una característica debilitante debido a la ansiedad que genera en la persona la necesidad de alcanzar unas metas tan sumamente rígidas e inalcanzables, además de que el fallo en dicha persecución llevaría al rechazo de uno mismo por considerar que los logros está íntimamente unidos a la valía personal.

Aunque te parezca que esto de definir conceptos con tanta precisión no es tan importante, te equivocas. Tienes que tener en cuenta que en Psicología, como en cualquier otra ciencia, es esencial poder definir de forma exacta en concepto a investigar ya que de otra manera la investigación se ve seriamente obstaculizada.
Piénsalo… ¿Cómo vamos a medir algo que no sabemos lo que es? ¿Cómo vamos  clasificar las personas que padecen el problema de las que no, si no sabemos exactamente en qué consiste el trastorno? ¿Quién necesita tratamiento y quién no?...


Sara Llorens Aguilar
sllorens@cop.es

Comments