¿Por qué me importa tanto lo que digan los demás?

He aquí la pregunta del millón para mucha gente. Quizás tú mism@ hayas entrado a leer el post porque te sientes identificad@
Si bien es cierto que vivimos en una sociedad y no en una isla desierta, también lo es el hecho de que esto no  implica necesariamente que tengamos que escuchar las opiniones ajenas, ni mucho menos darles una importancia que, dicho sea de paso, la mayoría de las veces no tienen. Muchas personas  dan una importancia excesiva a la opinión de los demás, sobrevalorándola por encima de la suya propia.
 
Resultado de imagen de advice
 
Es normal que contemos con consejos, opiniones, otros puntos de vista... de los que se encuentran a nuestro alrededor. Primero, porque al ser humano le encanta opinar sobre la vida de los demás y siempre encuentra tiempo y espacio para hacerlo  (desde mi punto de vista, deberíamos limitarnos a dar consejos únicamente cuando nos los piden, pero parece ser que a la mayoría nos resulta una tarea complicada...). Y segundo, porque es cierto que de vez en cuando es conveniente tener otros puntos de vista que nos ayuden a ver una situación desde otra perspectiva y así quizás poder encontrar una solución o simplemente sentirnos mejor.  Cuando creas que esto puede ayudarte, lánzate y pregunta  a alguien en quién confíes y cuyo criterio valores. Reflexiona sobre lo que la otra persona te diga, si te aporta algo de valor  o no, y luego actúa según creas conveniente.
 
Hasta aquí más o menos se hace más llevadero, pero cuando empezamos a hablar de críticas, ya entramos en terreno resbaladizo. Desde mi punto de vista hay que estar abierto a ellas, de la misma forma que a los consejos u opiniones ajenas: dependiendo de quién vengan, cómo vengan, con qué objetivo y sobre todo, sobre todo....saber cuando hacerlas propias y cuándo desecharlas, usando un buen criterio para ello.
 
Resultado de imagen de criticasLas críticas constructivas de gente con criterio, que nos conoce, que de alguna forma nos aprecia, que le interesa nuestra evolución personal/profesional... esas críticas son las que deberíamos considerar. Considerar no significa aceptar. Nosotros podemos estar abiertos a este tipo de críticas, considerarlas y hacerlas nuestras con el objetivo de mejorar, de conseguir una evolución. Ese proceso es beneficioso para nosotros.   
También podemos estar abiertos a este tipo de críticas, considerarlas y finalmente desecharlas porque  no nos sentimos identificados con ellas. Estamos en nuestro derecho. Es una decisión personal.
 
De entrada no es inteligente ni conveniente, asimilarlas  como ciertas sin haberlas considerado (bastante característico de personas con baja autoestima y poca seguridad  en sí mismos) pero tampoco  desecharlas  (más frecuente en  gente prepotente y narcisista), sin pararnos a pensar en ellas ni un momento. 
En el primer caso, la persona tiende a dar por sentado que  el otro lleva la razón y no se lo cuestiona. Asume la crítica como cierta debido a que no cree en sí mismo. Error.
En el segundo caso, la persona tiende a pensar que el otro siempre está equivocado y por lo tanto tiene muy pocas posibilidades de evolucionar como individuo porque solo valora la importancia de la opinión propia. Error.
Un caso no es mejor que el otro pero en consulta suelo encontrarme más con el primero, así que a él va a ser al que dedique este post.
 
Cuando un paciente trata de mejorar su actitud hacia las críticas, una de las primeras cosas que  comentamos es que nuestro objetivo no es ni huir de ellas ni hacerlas nuestras per sé. Nuestro objetivo es enfrentarnos a ellas de otro modo al que hasta ahora estábamos habituados a hacerlo. 
 
Tenemos que saber escuchar críticas, es imposible gustar a todo el mundo y aquí es cuando viene una regla esencial:

No necesito gustar ni ser aceptado por todos los que me rodean. 

 
Esta es una de las Creencias Irracionales Básicas establecidas por el conocido Albert  Ellis. Una idea tan simple es tremendamente complicada de aceptar para una gran parte de nosotros y es la base de  la pirámide. Mientras yo no asimile esta creencia al 100%, siempre voy a depender de la opinión ajena más de lo que debería y es precisamente esta idea la que me hace débil frente al que me critica. La grieta por la que el otro se puede colar, y se colará.
Claro que a todos nos agrada gustar, siempre preferimos un cumplido a una crítica, que hablen bien de nosotros a que lo hagan mal... pero PREFERIR no significa NECESITAR.
Esto se trabaja en consulta con terapia cognitiva. Yo suelo utilizar el dialógo socrático y experimentos conductuales para ello. 
 
Es importante acompañar este trabajo cognitivo con exposición. Hay que  motivar  al paciente a enfrentarse a las críticas. El perfil  del que te hablo tiende a huir de ellas pero esta huída solo le hace cada vez más frágil ante las críticas. Cuando alguno (suelen hacerlo) me dice: "Pero Sara ¿y si antes de la próxima sesión no surge la ocasión para enfrentarme?" y mi respuesta siempre es la misma: "Créala". Obviamente esto lo hacemos siempre acorde con el momento de la terapia en que se encuentra. Escogemos la persona, situación y tema al que se va a enfrentar. 
Por último, antes de la exposición  es esencial haber enseñado al paciente estrategias de asertividad para enfrentarse a esas críticas. Nunca debemos hacer exposición sin haber trabajado este paso previamente.


Como le dije hace poco a  alguien, todos deberíamos aplicarnos la letra de esta canción.


Posibilidad de terapia por Skype

Únete a nuestro grupo de Facebook
Sara LLorens Aguilar
sllorens@cop.es 

www.profesionaldelapsicologia.es

Comments

  1. Hola Raquel,
    Lo tengo en cuenta para próximos posts
    ¡Un saludo!

    ReplyDelete

Post a Comment